​​La consejera de Salud, Manuela García, ha conocido de primera mano el proyecto que han puesto en funcionamiento las profesionales del Hospital General ​ 

​​Ya han atendido una docena de casos de personas afectadas y la previsión es que atiendan de doce a quince casos más cada año​

14/02/2025

​​Hasta ahora, los niños que nacen con fisura labiopalatina en las Illes Balears ―entre doce y quince casos cada año― recibían el apoyo de una unidad específica del hospital de referencia, y desde Atención Primaria se les hacía un seguimiento odontológico y ortodóntico. A partir de ahora, además, disponen de un servicio público de logopedia.  

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​La Gerencia de Son Espases ha facilitado una formación específica en terapia del habla a tres logopedas del Hospital General. Se trata de un curso intensivo que imparte la Asociación de Fisurados de Cataluña (FICAT) en Barcelona, con profesionales de referencia y excelencia en el tratamiento de fisuras labiopalatinas. 

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​Con esta ampliación de conocimientos, han puesto en marcha un servicio de atención logopédica en el Hospital General para atender a la población con esta malformación, tal como reclamaba la Asociación de Fisurados de las Baleares (AFIBAL), con el objeto de completar un equipo sanitario interdisciplinario integrado por pediatras, cirujanos maxilofaciales, otorrinolaringólogos, odontólogos y psicólogos.  

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​La consejera de Salud, Manuel García, ha visitado las dependencias de estas tres profesionales acompañada por el director general del Servicio de Salud, Javier Ureña, y la directora gerente de Son Espases, Cristina Granados. Se ha interesado por los tratamientos de estos pacientes que, en lo que se refiere a logopedia, pueden llegar a ser largos, desde la infancia hasta la edad adulta, en función de las operaciones a las que deban someterse o la clínica que tengan.  

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​El equipo médico interdisciplinario de Son Espases es el encargado de derivar a los niños que consideren que son buenos candidatos al área de logopedia del General. Al llegar al servicio, les proponen un tratamiento de tres meses seguido de un intervalo de descanso de tres meses más. A continuación, vuelven a valorarlos para determinar si tienen que continuar trabajando en objetivos logopédicos.  

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​Desde el pasado mes de julio han atendido a una docena de pacientes, y la previsión es que atiendan entre doce y quince casos más cada año.​